Aprender a amar, el viaje más bello de la vida
- Marcela Marques

- 25 oct
- 2 Min. de lectura

El amor comienza desde la creación de un bebé. Si piensas en cómo puede darse este fenómeno este milagro de la vida, entenderás que ese ser llega al mundo lleno de amor y ternura.
Con el paso del tiempo, ese sentimiento puro se transforma en otros que van formando nuestro carácter. Sin embargo, muchas personas sentimos miedo de demostrar el amor y de permitirnos sentirnos amados. Pero no debería ser así.
Si desde el momento de nacer las personas y el sistema se preocuparan por enseñarnos a amar y a tratarnos con amor, el mundo sería distinto. Aprenderíamos que amarse a uno mismo y amar a los demás es un mismo camino, una misma energía que se multiplica cuando se comparte.
Lamentablemente, una persona de buenos sentimientos, que se trata con amor y trata con amor a los demás, muchas veces no es tomada en serio. Algunos incluso se ríen. Y es triste, porque en esta vida estamos aquí por la raíz del amor en todos los sentidos. Lo hemos cambiado por miedo… miedo a ser felices, a mostrarnos vulnerables, a reconocer que el amor es lo que realmente nos mueve a todos.
Si lo aceptáramos, nuestras vidas se llenarían de paz, humildad y comprensión. Aprenderíamos a compartir más y a discutir menos, a valorar lo simple y lo esencial.
Pero nunca es tarde para aprender a amar y sentirse amado.
Cada paso en esta vida nos invita a amar y a reconocer que dentro de nosotros habita la fuente del amor que nos hace libres y felices.
El mayor acto de sabiduría es amar, incluso cuando el mundo ha olvidado cómo hacerlo.
Marcela Marques

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